dimecres, 31 de desembre del 2014

* Dos mil catorce

Regresas lentamente
con paso sigiloso pero sin detenerte.

Las calles ya oscurecen
antes de que tus ojos puedan abrirse a la vida
antes de que te sientas viva.

Y un día entero ha pasado
¡un día entero ha marchitado!
entre conversaciones banales
caras con gestos de hipocresía
números envenenados
y rostros conocidos
con almas desconocidas.

Llegas a casa
abres una cerveza
y caes en el delirio de olvidarte
que por fin estás viva
y mueres un poco más
y alimentas tu mente
tu estómago
tu ego
tu alma,

y te haces un poco más pobre.

De silla en silla
de pantalla en pantalla
de vacío en vacío.

En busca la esperanza
de que te rescaten
y marchar lejos
y no volver
y no regresar.

¡Porqué por fin te fuiste!
de ti
de éste ego
de ésta nostalgia
de éste sin sentido
de ésta nada.

En busca de emociones
que reconoces en tu pasado
pero no en tu presente

te preguntas si una noche,

si un día
si una vida
puede dibujarse entre las estrellas
guiándote la salida.