dilluns, 28 de setembre del 2015

* Chill Out

Me da miedo aquello que me relaja
aquellos estupefacientes, legalizados o no, que hacen que mi cuerpo se relaje,
que el nivel de alerta se adormezca,
que mis parpados se cierren descansados,
que mi mente titubee al pensar,
que el mundo gire a mi alrededor,
que mis manos pesen
al igual que mi cuerpo
al igual que mi cabeza
al igual que mi sueño.


Me da miedo relajarme,
tal vez, por si me acostumbro,
por si dejo de vivir corriendo
a contracorriente,
y olvido sentir el estrés
a flor de piel
día tras día
pisándome los pies. 


Me da miedo sentirme relajada
como si las cosas banales perdieran importancia
como si redujera mi mundo
a tan solo una mirada
o a una bocanada
de aire nocturno.
Como si acostarme en la cama
pudiera parecerme lo más bonito
en esta noche de calma.


Me da miedo relajarme
y ver que pierdo el tren
sin darme la oportunidad de coger el siguiente.
Y disfrutar de que la vida pasa
y el reloj avanza
y no sentirme angustiada porqué,
tan solo me limite a vivir el presente.


Me da miedo que mi mente se relaje
y no sienta obligaciones
como levantarme cuando el despertador proteste
como comer cuando el reloj lo indique
como dormir porqué tengo que levantarme
a una hora prudente
y no cuando mi mente
decida que ha vivido lo suficiente
como para recuperar fuerzas
hasta el día siguiente.


Me da miedo relajarme
y sentir que estoy viva
y querer vivir.

dimecres, 12 d’agost del 2015

* Donde se vive, en vez de soñar


Solo busco el lado sencillo de la vida:
Emocionarme con una meodía.
Contemplar el atardecer tras la colina.
Sonreirle a la vecina.
Hablarle a la nada,
pensar en un todo,
contemplar una mirada.
Equivocarme sin vacilar.
No ser juzada.

Solo espero ser amada
y amar hasta la saciedad.
Sucumbir en constantes pálpitos de amor.
Cantarle al ruiseñor.
Cenar con el estómago vacío
y soñar con cosas bonitas
en vez de con monstruos
apareciendo ante el silencio del hastío.
Anidar donde el vuelo me lleve
sin miedo a pasar frío
entre las ramas de un árbol caduco,
entre las aguas heladas del río.

Solo quiero aprender a bailar
debajo de la tormenta
en vez de esperar 
a que vuelva la calma eterna.
Mojarme los pies
con el vaivén de la marea,
y zambullirme sin temor
en el bravo oleaje.
Correr por campos de amapolas
descalza
rodeada de cabras
de ovejas
de Niebla
y de ViDa. 

Solo ansío abrir los ojos
una vez más.
Para cuando los cierre
los rascacielos serán montañas
los automóviles, ríos
las autopistas, mares
la contaminación, lluvia
la riqueza, su actual pobreza
mientras que su pobreza
su nueva riqueza.
El odio en amor se habrá convertido
y en las aceras nacerán jardines.
Y una vez más,
cuando abra los ojos,
me sumergiré en una utopía imaginaria
donde los sueños puros se convierten en realidad.
Donde se vive, en vez de soñar.


Hay una canción titulada "pánico a una muerte ridícula (def con dos)".

A lo largo de los años, la muerte cobra diferentes rostros, 
y comienza a llegar el día en  el que te planteas que, no es tanto el miedo a la muerte
como el temor a morir, sin haber vivido.

dimarts, 21 d’abril del 2015

* Teclas para los Sentidos


Amores con signos de exclamación.
Interrogantes que no entienden de amor.
Espacios que ahogan.
Puntos que no saben si son finales, suspensivos o a parte.

Comas sin comillas.
Returns que no borran el recuerdo
de letras pisándose en la hoja.

Almohadillas cansadas de taguear.

Mayúsculas con afán de protagonismo.
Paréntesis que interrumpen,
para subrayar en negrita lo que en su interior hay.

Avance página,
Fin de la página.
Inicio de la página.

Te preguntas al final
con tono de exclamación a la vez que interrogación,
si tanto orden desordena el amor.

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dimarts, 17 de març del 2015

dilluns, 5 de gener del 2015

* Bésame mucho

Tarareaba ella siempre la misma melodía 
como un eco inducido desde la memoria
- para no marchitarse -.

Mientras, esperaba a que alguna alma perdida
pisara de nuevo la casa del olvido y así,
encendiera, por última vez,
el viejo tocadiscos.

Sin embargo la única forma de volver a la canción
era con el vago recuerdo que le acompañaba
en los amaneceres y atardeceres que siempre vislumbraba
pues, el sueño ya no era concebido en su reino.

En silencio, contemplaba el retrato de Anne Bancroft 
- parte de un paisaje de la película "Grandes Esperanzas" -

Se cernía ya la penumbra de la noche
donde las runas anidaban suspiros de calidez
en un hogar difamado por la tristeza.
Pero ella:
¡bailaba!

¡Ella!.
Acompañada 
por su soledad
y por Cesaria Évora.

Consumiendo cigarrillos a la vez
que su vida se consumía entre sus dedos,
los meses agónicos precediendo un melancólico despido
abandonando la esperanza,
olvidando lentamente cada nota de la canción,
cada paso del vals para dos 
dibujado al ritmo del latido de su corazón.

Sonaba "Bésame mucho"
 cuando el tocadiscos paró.
Y con la última calada del cigarrillo
su cuerpo se consumió 
en un hálito de ceniza y melancolía
bailando
el último adiós.


* Poeta sin Poesía


En las sendas de lo entrañable
la poeta divaga buscando su musa.

La luz entrando por sus pupilas
peinando su cabello enmarañado
en un tul de tinta seca
dibujando letras huérfanas
de sentido infame
de vacío lingüístico
de soledad infinita.

La poeta virgen de poemas
¡nómada en su tierra prometida!
llora versos reprimidos
lee poemarios olvidados
y se mira al espejo preguntando:

¿quién es la poeta que suscita suspiros
en oídos de desamparados?
envidiando otras bocas que oran
que sienten, que viven, que escriben
porqué antes de escribir, han vivido.

Y anhela tal vez, no el afán de la inspiración
sino la melancolía de la emoción
que la vida inspira cuando te sientes viva.

Pues no hay poesía más hermosa
que una vida de emociones
recitada entre prosa.

dimecres, 31 de desembre del 2014

* Dos mil catorce

Regresas lentamente
con paso sigiloso pero sin detenerte.

Las calles ya oscurecen
antes de que tus ojos puedan abrirse a la vida
antes de que te sientas viva.

Y un día entero ha pasado
¡un día entero ha marchitado!
entre conversaciones banales
caras con gestos de hipocresía
números envenenados
y rostros conocidos
con almas desconocidas.

Llegas a casa
abres una cerveza
y caes en el delirio de olvidarte
que por fin estás viva
y mueres un poco más
y alimentas tu mente
tu estómago
tu ego
tu alma,

y te haces un poco más pobre.

De silla en silla
de pantalla en pantalla
de vacío en vacío.

En busca la esperanza
de que te rescaten
y marchar lejos
y no volver
y no regresar.

¡Porqué por fin te fuiste!
de ti
de éste ego
de ésta nostalgia
de éste sin sentido
de ésta nada.

En busca de emociones
que reconoces en tu pasado
pero no en tu presente

te preguntas si una noche,

si un día
si una vida
puede dibujarse entre las estrellas
guiándote la salida.